Martín Fierro Nº 4 Segunda Época - Año I (15 de mayo de 1924) |
Buenos Aires - ARGENTINA
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Transcripción del Manifiesto de "Martín Fierro" de la portada
Martín
Fierro
fue una revista literaria argentina que se publicó entre febrero de 1924 y 1927.
Fue fundada por su director Evar Méndez y por José B. Cairola, Leónidas
Campbell, H. Carambat, Luis L. Franco, Oliverio Girondo, Ernesto Palacio, Pablo
Rojas Paz y Gastón O. Talamón. Llegó a tirar unos 20.000 ejemplares.
(Para más datos: http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Fierro_%28revista%29)
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Transcripción del Manifiesto de "Martín Fierro" de la portada
“Frente a la impermeabilidad hipopotámica del honorable público, frente
a la funeraria solemnidad del historiador y del catedrático que momifica cuanto
toca; frente al refractario que inspira las elucubraciones de otros más
“bellos” espíritus, y a la afición al anacronismo y al mimetismo que
demuestran; frente a la ridícula necesidad de fundamentar nuestro nacionalismo
intelectual hinchando valores falsos que al primer pinchazo se desinflan como
chanchitos; frente a la incapacidad de contemplar la vida sin escalar las
estanterías de las bibliotecas; sobre todo, frente al pavoroso temor de
equivocarse que paraliza al mismo espíritu de la juventud, más anquilosada que
cualquier burócrata jubilado. Martín Fierro siente la necesidad imprescindible
de definirse, de llamar a cuantos sean capaces de percibir que nos hallamos en
presencia de una nueva sensibilidad y de una NUEVA comprensión, que el ponernos
de acuerdo con nosotros mismos, nos descubre panoramas insospechados y nuevos
medios y formas de expresión: Martín Fierro acepta las consecuencias y las
responsabilidades de localizarse, porque sabe que de ello depende su salud;
instruido de sus antecesores, de su anatomía, del ideario en que camina,
consulta el barómetro, el calendario antes de salir a la calle, a vivirla con
sus nervios y con su mentalidad de hoy; Martín Fierro sabe que “todo es nuevo
bajo el sol”, si todo se mira con unas pupilas actuales, y se expresa con un
acento contemporáneo; Martín Fierro se encuentra por eso más gusto en un
transatlántico moderno que en un palacio renacentista y sostiene que un buen
Hispano Suizo es una obra de arte muchísimo más perfecta que una silla de mano
en la época de Luis XV; Martín Fierro ve una posibilidad arquitectónica en un
baúl “Innovation”, una lección de síntesis en un “marconigrama”, una
organización mental en una rotativa, sin que ésto impida poseer como las
mejores familias, un álbum de retratos que hojea de vez en cuando para
descubrirse a través de un antepasado o reírse de su orgullo o de su corbata;
Martín Fierro cree en la importancia del aporte intelectual de América, previo
tijeretazo a todo cordón umbilical….Martín Fierro tiene fe en nuestra fonética,
en nuestra visión, en nuestros modales, en nuestro oído, en nuestra capacidad
digestiva y de asimilamiento. Martín Fierro, artista, se refriega los ojos a
cada instante para arrancar las telarañas que tejen de continuo el hábito y la
costumbre; entregar a cada nuevo amor una nueva virginidad; y que los excesos
de cada día sean distintos de los excesos de ayer y de mañana; ésta es para él
la verdadera santidad del creador…”
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